Dejamos atrás un largo periodo de escasas precipitaciones y de alta evapotranspiración, en el que la humedad del suelo ha ido paulatinamente disminuyendo. Los ecosistemas montanos se disponen ahora a pasar del verano al otoño, donde esperamos que lleguen las lluvias. En la gráfica que se muestra a continuación se puede observar cómo las primeras tormentas que han caído en septiembre en Sierra nevada han producido ya un apreciable aumento de la humedad en suelo. Este dato se recopila gracias a las estaciones microclimáticas, que tenemos instaladas en Sierra Nevada, con sensores que proporcionan información sobre temperatura y humedad. Los datos que se muestran en la figura corresponden a los valores de humedad de suelo (contenido volumétrico de agua) que nos proporciona una sonda enterrada  en el suelo a 40 cm, información clave para conocer la evolución de la disponibilidad de agua para  la vegetación de montaña. Para saber más de la red de seguimiento microclimático en Sierra Nevada pincha aquí.

Evolución de la humedad del suelo en % en un enebral a 2200 m.s.n.m.


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