Los cambios en la distribución y abundancia de las poblaciones constituyen una respuesta evidente a las alteraciones ambientales. En el capítulo 5 del Dossier de Resultados del OBSNEV, se describen las tendencias poblacionales de diferentes especies de animales y vegetales en Sierra Nevada, a partir de la evaluación de los cambios en la distribución y abundancia de las mismas. En diferentes grupos taxonómicos, el ascenso altitudinal es el patrón más comúnmente observado. Debido al incremento de las temperaturas observado en los últimos 30 años (ver capítulo 1 del Dossier de Resultados), las especies ascienden en altitud en busca de condiciones más frescas.
En insectos, esta migración altitudinal ha sido confirmada para los escarabajos coprófagos. En un lapso de 25 años, el 89% de las especies incrementaron su altitud media y sus límites de distribución superiores y algo más del 84% incrementaron sus límites de distribución inferiores. El ascenso medio altitudinal fue de 400 metros, pero existe una especie, Bubas bubalus, la cual ha ascensido 1.200 metros en 25 años (~50 metros/ año). Además, otros insectos como la mariposa Apolo de Sierra Nevada y dos especies de himenópteros formícidos (Proformica longiseta and Formica lemani) también mostraron un ascenso altitudinal.
Entre los vertebrados, también se han constatado respuestas equivalentes. Las aves paseriformes de montaña han mostrado una marcada dinámica temporal a lo largo de los últimos 30 años. Las especies generalistas de montaña se consolidan en las zonas de cumbres, las especies de óptimo alpino se rarifican y en las cotas medias se ha constatado un declive o incluso pérdida de especies de carácter montano las cuales han sido sustituidas por especies más termófilas.
Los anfibios que por sus particularidades fisiológicas y ecológicas, constituyen uno de los grupos más sensibles a los efectos del cambio global, también parecen haber modificado sus distribuciones a lo largo de los últimos 30 años. Los resultados obtenidos muestran que los anfibios en Sierra Nevada han experimentado un ascenso altitudinal. De las siete especies estudiadas, tres muestran un claro patrón ascendente: sapillo pintojo (Discoglossus jeanneae), sapo común (Bufo spinosus) y rana común (Pelophylax perezi); dos no muestran patrón definido: sapo partero bético (Alytes dickhilleni) y sapo corredor (Bufo calamita) y otras dos han tendido a rarificarse y desaparecer: rana meridional (Hyla meridionalis) y sapillo moteado (Pelodytes ibericus). Además, se ha advertido la rarificación de las especies que se reproducen en medios temporales. Los datos disponibles apuntan a que las charcas temporales presentan un peor estado de conservación, a pesar de ser las que más diversidad soportan. Muchas de ellas tienen un hidroperíodo muy reducido, lo que puede verse agravado por el calentamiento global.
Las dinámicas poblacionales están muy condicionadas por los efectos del cambio global. Estos resultados ponen en evidencia que las áreas protegidas montañosas juegan un papel primordial en el mantenimiento de la biodiversidad en un contexto de cambio global, ya que las poblaciones pueden adaptarse a los cambios desplazandose altitudinalmente, de acuerdo a sus requerimientos ecológicos.
Autores: Lola Álvarez Ruiz
0 Comments